Nacida noble y llena de gracia”
Que decir que ya no te haya dicho,
Que sentir que ya no se haya sentido
Que escribir que no se haya escrito.
Entonces
Vuelvo a escribir lo que un día conté.
Cuento que en vos percibí la paz,
paz con la que llegaste a este mundo, qué te volvía inmune a la peor tormenta.
Cuento que aún me parece sentir las caricias con que peinabas mi ya olvidado cabello.
Cuento que vi crecer la fe que te habita, que pone belleza en tu alma.
Veo la fuerza de tus sueños y el paso firme de tus realidades.
Aún contemplo mis pasiones en tus manos y tus ojos
Aún vislumbro la belleza de tu madre entre tus gestos
Veo tu sonrisa, viajera, que te lleva a mundos ya no tan lejanos, pero aún soñados.
Adivino en tu espíritu rasgos de lo Absoluto que nos envuelve, cuando me regala transitar
por la senda que caminas.
Atesoro en mi alma cada día que el buen Dios me permite vivir cerca tuyo.
Deseo que encuentres el camino que tu ser ansía y que lo eterno soñó al pensar tu
nombre.
No importa donde te lleven tus alas,
siempre tendrás a tu lado mi corazón.
Felices 26
Querida Eugenia.