Son muchos los caminos que nos toca vivir desde que empezamos a respirar.
No elegimos los primeros, otros nos llevan por ellos sin que podamos comprender el porque, el cuando, el adónde y el con quien.
Damos nuestros primeros pasos sin descubrir el horizonte, tan sólo los ojos nos alcanzan para ver donde apoyar los pies.
Luego vemos lo que sentimos y no la senda por andar, chocamos irremediables contra todos los demás.
Caminamos y caminamos solos y acompañados, niños, jóvenes, adultos y ancianos
Aprendemos doloridos que podemos avanzar, si tan solo contemplamos el paso de los demás.
Algunos ansiamos descubrir el sendero personal,
otros simplemente caminamos sin saber adónde ir.
A veces elegimos el camino que deseamos,
a veces no elegimos el camino que nos toca.
Caminamos sin comprender adónde vamos, sólo entendemos lo vivido al mirar atrás.
Lo que caminamos nos construye y construimos el camino.
Lo eterno nos desafía a descubrir el sendero que nadie más pisará
Descubrir el amor y el dolor, la alegría y el llanto.
Caminar el destino que nos toca con la vista sostenida en el horizonte que nos aguarda.
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino, sino estelas en la mar “
CAMINOS