Es impredecible.
Es inenarrable.
Escondido detrás de bambalinas,
aparece cuando y como quiere.
Y entonces todo empieza a girar a su alrededor.
Señala nuestra ausencia y
tiñe de colores la realidad.
Eterno ilusionista, promete la felicidad
que, cual horizonte,
se aleja cada vez que parece que la vamos a rozar.
Lo que creímos lograr no era lo prometido
Espejismos del alma.
Confusos prometemos que nunca más confiaremos en él,
hasta que nos vuelve a enamorar.
Motor de la vida,
cuando lo extraviamos
todo se oscurece,
se detiene.
Se desvanece el sabor del existir.
La vida se atenúa cuando él toma un descanso.
Eternos buscadores de lo trascendente, es el puente hacia el infinito.
Lo pensamos como destino,
el sólo dice ser un humilde guía en el viaje que debemos recorrer.
Deseo.
Increible relato! un abrazo. Gaby U
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