A veces parecemos fragmentos que órbitan en el espacio,
Cual restos de un antiguo estallido estelar
Fragmentos de lo que una vez estuvo unido
y desde entonces navegan sin rumbo fijo en la inmensidad
Añoran sin cesar volver a encontrarse
Así, nos atraemos, nos buscamos,
Pero incapaces de controlar nuestro destino,
Colisionamos sin querer y sin poder evitarlo,
Nos herimos en cada choque, nos alejámos doloridos
Resentidos por lo que pudo ser y no lo fue
Aprendiendo que no vale la pena acercarnos de nuevo
Por que duele
Hasta la próxima vez
A veces parece que el encuentro es posible
Y por un tiempo navegamos juntos
Creyendo ilusionados que es para siempre,
Y sonreímos,
Hasta que una nueva colisión nos separa
Y aunque estiremos los brazos
Es imposible reencontrarnos
Volvemos a caminar solos por el vasto espacio urbano
Marchamos cada día hacia una aventura de búsquedas,
Nos miramos y buscamos
Nos miramos y evitamos
Cuando nuestras pupilas se encuentran,
Ojos que desean,
Ojos que temen
El dolor del desencuentro
Las noches de la ciudad nos halla a cada quien en su refugio
Volver a salir a explorar con el amanecer
Difícil pero inevitable es
Curiosa tensión la que nos habita
Esperanza por hallar el viejo hogar perdido
Junto al impulso inevitable de navegar solos
Esperanza que a veces se vuelve pasión
Esperanza que a veces se vuelve abrazo
Esperanza que a veces se vuelve encuentro
Esperanza de ser uno más allá de todo y con todos
Esperanza que sostiene nuestras almas peregrinas
Esperanza que algunos llaman maldita
por ilusionarnos con lo imposible
Esperanza que otros llaman bendita
Por recordarnos lo que fuimos y podemos ser
Esperanza que acaricia mientras navegamos
Por el tiempo y el espacio infinito
Intentando recordar el camino de regreso
Intentando recordar el camino del encuentro
Intentando recordar nos.